Autoevaluación
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El correo electrónico ha revolucionado nuestra manera de trabajar y de comunicarnos. Mal empleado el correo
electrónico se ha convertido en el mayor ladrón de tiempo. Así, en muchos casos, el correo marca nuestro ritmo de trabajo
porque no hemos sabido aplicar un uso sistemático que nos permita gestionarlo de manera eficiente.
Los profesores y profesoras cuando utilizan el correo electrónico, se enfrentan a un enemigo, un peculiar
enemigo. No, ese enemigo no es el correo basura (spam) como podía pensarse. En realidad, ellos y ellas son su propio enemigo.
Cada uno lucha contra sí mismo. Es el propio usuario del correo el que se empeña en perder tiempo. Bastaría un esfuerzo continuado
cada día en tratar de mejorar las técnicas y los hábitos para reducir el tiempo empleado y mejorar los resultados. Estas son
algunas sugerencias básicas (hay otras):
Establecer prioridades. Utilice etiquetas.
Se trabaja mejor por lotes que individualmente. Por ejemplo, si tres mensajes requieren consultar cierto
programa (las fichas del alumno o el campus virtual por ejemplo) es mejor trabajarlos al mismo tiempo. Para ello puede utilizar
etiquetas, lo que le permite gestionar luego esos mensajes conjuntamente. A partir del tema, el remitente o una lectura rápida
de algún párrafo ya podemos asignar una etiqueta para poder gestionarlo luego.
Ejemplos de etiquetas:
- Visitar Internet: Algunos mensajes contienen una dirección de Internet. Mejor hacerlo cuando se tiene
conexión rápida y aprovechar para abrir varios al mismo tiempo: mientras se va abriendo una página podemos leer otro mensaje
y comenzar a abrir una nueva dirección hasta tener varias ventanas abiertas. En este momento ya se habrá cargado la primera
página y no se habrá tenido que esperar pacientemente su descarga.
- Telefonear: Si no se tiene teléfono a mano. A veces no es posible establecer la comunicación telefónica:
la etiqueta advertirá de que existen llamadas pendientes de hacer.
- Proyecto (o indicar el tipo de proyecto): Al clasificar los mensajes correspondientes a un mismo tipo
de proyecto, se puede optimizar luego su tratamiento pues agrupará mensajes seguramente relacionados.
- Alumnos: Al agrupar mensajes correspondientes a grupos similares de remitentes, también se agruparán
tareas seguramente parecidas o que impliquen la consulta de documentos o el acceso a materiales similares.
- Rojo: Muy urgente. Aunque existe la opción de indicar la prioridad del mensaje, estas etiquetas son mucho
más llamativas y recuerdan mensajes que deben ser tratados cuanto antes.
- Amarillo: Urgente. Conviene no despistarse pero tampoco necesita ser gestionado en primer lugar.
- Pendiente: Algunos mensajes no son urgentes. Esto indica que ese mensaje queda para cuando se disponga
de tiempo.
Automatizar tareas.
Recursos básicos para automatizar tareas:
- Filtros: Pueden aplicarse automática o manualmente y redirige a carpetas o redirecciona a otras los mensajes
sin necesidad de leerlos. Aunque hay que aplicarlos con prudencia, un ejemplo de uso sería colocar automáticamente en la carpeta
“Alumnos” los mensajes que vienen de los alumnos.
- Plantillas: Son plantillas de mensajes que permiten evitar tener que escribir toda la respuesta. Muchas
veces se utiliza la plantilla pero se añade una o dos líneas personalizando o matizando la respuesta.
En resumen, se trata de no pensar en “leer” o “escribir” el correo, sino en “gestionar” el correo electrónico, utilizando
técnicas para optimizar esa gestión.
(Fuente: Texto extraído del libro “El profesor cibernauta” de Antonio Bartolomé).