Aixerrota BHI Getxo

 

 

HERENCIA MANCHEGA

Usue Orbegozo

 

No son altos ni delgados, no tienen barba ni bigote, no son de complexión recia ni secos de carnes; mas luchan por las injusticias, defienden sus ideales y ayudan a la gente sin buscar beneficio alguno, al igual que el famoso caballero Don Quijote de la Mancha.

 

Ghandi, Malcom X, Martin Luther King, Kofi Anan, Nelson Mandela, Greenpeace, Médicos Sin Fronteras, UNICEF, INTERMON,...personajes y organizaciones, que, aunque no fueron creados por la imaginación de Cervantes en el siglo XVII, siguen los pasos del hidalgo manchego e intentan, sin ánimo de lucro, combatir las injusticias reales que existen en el mundo.

 

Luchar contra la globalización y el capitalismo, ayudar a los necesitados, revindicar los derechos humanos y la igualdad, acabar con el racismo, la hipocresía, la pobreza, el hambre en el mundo, y una larga lista de etcéteras que al final confluyen en un mismo punto: cambiar el mundo egoísta, frívolo, y desigual en el que vivimos,  son los ideales de los Quijotes actuales.

 

Bien es verdad que para ser un buen Quijote hace falta imaginación, ser positivo, y, sobre todo, idealismo: imaginar el mundo de otra manera, dar más importancia a las ideas que a la realidad. Pero no sólo consiste en eso, hace falta algo más.

 

Puede parecer antitético, pero ese algo más es una pizca de realismo. Cualquier persona que quiera cambiar las cosas tiene que ser consciente de la realidad, tiene que ver las cosas como son, por mucho que no sean de su agrado; así verá qué es lo que hay que cambiar, qué es lo que está mal, lo que no encaja; y, aunque para muchos sea  injusto, saber donde están sus límites, porque, desgraciadamente, vivimos en una sociedad muy limitada en la que sólo el dinero importa, y, al fin y al cabo, todo lo mueve.

 

Pero aun así, sabiendo la cantidad de obstáculos con los que van a encontrarse, hay personas que están dispuestas a pasar por encima de ellos y hacer como si no existieran. Personas a las que no les importa lo difícil que el mundo les ponga las cosas, ya que son fieles a sus ideas y principios. Personas justas, afables, nada egoístas y, dispuestas a todo con tal de lograr aquello por lo que luchan.

 

Mucha gente pensará que es una locura entregar toda una vida al servicio de los ideales. A esa gente, yo le digo que no es ser un loco, pero sí un Quijote, ya que aquellos que luchan, creen que el mundo aún se puede cambiar. Don Quijote quiere crear un escenario diferente porque lo cree posible; ofrece su generosidad, su valor y su esfuerzo gratuitamente, para combatir las injusticias reales que la visa ocasiona.

 

Vivimos un mundo escandalosamente desigual en el que una vaca europea recibe al día más dinero que un tercio de la población mundial, y querer cambiarlo no es atacar molinos de viento, sino las desigualdades, para modificarlas y conseguir así un lugar mejor para vivir.