AIXERROTA BHI (Getxo). 1. Batx.
NEREA OTAZUA
En la novela sobre Don Quijote de la Mancha, escrita por Miguel de Cervantes, podemos apreciar el idealismo y el realismo están representados por Don Quijote y Sancho Panza, dos personajes física y psíquicamente muy diferentes.
En “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”, su protagonista, un personaje alto, delgado, casi en huesos (sin hambre), enamorado platónicamente, sin tiempo para poder llevar a cabo todo lo que tenía en la cabeza, representa el idealismo de una forma exagerada, para burlarse al mismo tiempo de todos los libros de caballerías que “circulaban” en aquella época. Don Quijote de la Mancha, también conocido como el “Caballero de la triste figura”, es de espíritu sencillo, cándido y generoso, que de tanto leer libros de caballerías ve la realidad distorsionada, tan distorsionada que pretende imponer la paz y el amor en un mundo ya degradado. Su imaginación se impone a la realidad dando viveza a la aventura que Don Quijote pretende vivir al más puro estilo de los caballeros andantes, con su “caballo”, su amada “Dulcinea”…luchando contra quienes se debía en la obligación de luchar. Este empeño constituye su afán idealista.
El idealismo podemos verlo reflejado hoy en día en las O.N.G.S, por ejemplo, o en grupos anarquistas.Desde mi punto de vista, el idealismo que representan estas organizaciones no es tan exagerado como el de nuestro personaje; no confunden la realidad, únicamente intentan cambiarla o mejorarla aunque sea imposible. Las O.N.G.s, pretenden ayudar a los demás o mejorar lo que ellos crean conveniente: el hambre en el mundo, la pobreza, la situación de los niños en zonas de guerras, personas con problemas en la sociedad, el medio ambiente….. Todo esto lleva mucho esfuerzo y cambiarlo es prácticamente imposible. Los anarquistas diría que son utópicos más que idealistas; pretenden un mundo sin leyes, un mundo totalmente diferente al que vivimos; no son realistas puesto que sus “metas” son inalcanzables y se dan cuenta de ello.
Frente al idealismo está el realismo representado por Sancho Panza, pequeño, regordete, con aspecto de feliz, y sin muchas pretensiones, más que las necesidades elementales que para él eran lo más prioritario. Puede decirse que la diferencia del aspecto físico de estos dos personajes históricos no sirve para definir el idealismo y realismo, sino que hay que centrarse en sus pensamientos y en la valoración de sus ideas. Don Quijote, siguiendo la tradición de los caballeros andantes, le pide que le acompañe como escudero y le promete una ínsula como recompensa. Sancho que no entiende de esto, le cree pero a medida que pasa el tiempo se da cuenta de que su señor está poco cuerdo. Sancho Panza es un hombre bonachón, y aunque a veces se muestra inocente y soñador, tiene los pies sobre la tierra. Intenta ayudar a su amo y muchas veces intenta hacerle entrar en razón, pero llega un momento en el que Sancho se da cuenta de la poca cordura de aquel y le sigue la corriente, dándole la razón e incluso engañándole, llegando incluso a creerse sus propias mentiras.
Éste realismo de Sancho Panzas está representado hoy en día en la vida cotidiana de las personas que se despiertan todas las mañanas para ir trabajar, para poder vivir; en la gente que es consciente de que para vivir bien hay que ganárselo trabajando y con esfuerzo, y no estar soñando en un maravilloso mundo esperando a que algo les caiga del cielo o viviendo a costa de los demás.
Finalmente podríamos referirnos a los llamados “famosetes”, estos que aparecen en los medios de comunicación hablando de su vida privada por intereses económicos, o que mienten por aparecer en un programa del corazón, o los que se acercan a los famosos de verdad ( actores, cantantes…) para vender después su intimidad; es decir, los que van a por el dinero fácil.
En conclusión, hoy en día un Quijote sería una persona que quiere conseguir algo difícil pero que, aún sabiéndolo, sigue esforzándose; una persona que no piensa demasiado en las consecuencias de sus acciones, que lo hace porque le apetece y porque lo cree oportuno. Y un Sancho sería toda persona honrada que sabe lo que hace y que siempre va a lo seguro, que no se arriesga demasiado. Que tiene claro lo que le conviene y lo que no.
Hay que disfrutar en ésta vida, no siendo un Quijote, ni siendo un Sancho, sino siendo un poquito de cada uno. Es decir, hay que soñar lo justo teniendo los pies sobre la tierra y hay que arriesgarse por lo que uno crea conveniente. Esto es lo que Cervantes pretendía mostrarnos con ésta novela:
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SI
SUEÑAS DEMASIADO LOS SUEÑOS PUEDEN ACABAR CONTIGO, Y SI ERES DEMASIADO
REALISTA, TU VIDA NO TENDRÁ NINGÚN SENTIDO.